Una iniciativa de la Asociación María de Nazaret
En la iglesia de San Agustín, no lejos de Piazza Navona, en Roma, exactamente en la primera capilla de la nave de la izquierda, podemos admirar uno de los cuadros más sinceros de Caravaggio: “Nuestra Señora de Loreto” o “Madonna de los Peregrinos”
Este cuadro estaba destinado a la capilla funeraria de Ermete Cavaletti, un aristócrata de una familia originario de Boloña que falleció en Roma en 1602.
El tema de la casa natal de María en Loreto, era en esa época el tema de numerosas obras maestras. Rafael también pintó una Virgen de Loreto.
En este cuadro vemos a María, en el umbral de una puerta, con el niño Jesús, en sus brazos, arrodillados a los pies de María, dos pobres peregrinos harapientos, sus rostros demacrados y arrugados, sus pies sucios: peregrinos como debía haber en la proximidad de los santuarios y que esperaban la bendición de la Virgen y del Niño.
Este cuadro convertido en “ex-voto”, generó tal entusiasmo popular que los “la gente de bien” y los sacerdotes, que estaban conmocionados por la representación de María y Jesús así como por la forma en que los peregrinos estaban vestidos, no osaron descolgarlo.
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Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.