« Toda la noche oré para que un sacerdote pasara por aquí »

21 mayo – Francia, Arras: N.S. des Ardents (1105)

Una iniciativa de la Asociación María de Nazaret



Durante la "primera guerra" el 14 de septiembre, en Noyon, en medio de los compañeros heridos, agonizaba un cabo joven. Los oficiales me habían advertido que estaba tendido en el campo. Cuando llegué junto a él, inclinándome, le dije: "¡Soy yo!"
-¿Quién?, preguntó.

Me di cuenta de que el desafortunado tenía la cabeza cubierta de sangre, le habían partido la frente y sacado los ojos.
- "¡Soy el Capellán, le dije, conmovido, vengo a buscarte!"
- "Ah, señor Capellán, ¡qué buena es la Virgen!"

Y levantó en alto su mano derecha con un rosario: "Todas las noches, le he pedido que un sacerdote pasara por aquí, cómo estoy feliz".

Estaba temblando de fiebre. Un pasante alemán le dio de beber; otro, a quemarropa, le disparó tres veces, la última bala le abrió la frente. Me lo traje de vuelta a una granja cercana, le vendé la pierna que se había roto en el ataque, él sonreía de felicidad.

En su noche de agonía, el pobre, cada vez que me inclinaba sobre él, oía que seguía diciendo: "Dios te salve María..." mientras repetía: "Qué feliz me siento, señor Capellán. ¡Cómo es de buena la Santa la Virgen por habérmelo mandado!

Tres días después murió con una sonrisa en los labios.

Padre Paul Doncœur , capellán militar. 
Tomado de " Tu honoreras ta Mère", Recueil marial 1975