Me siento a 3000 metros de altitud, respirando aire puro

19 julio
 – Francia, París: 18 - 19: 1a Aparición de la Virgen a Santa Catalina Labouré (1830)


Era miércoles, yo ayunaba y rezaba en una iglesia abierta en La Madeleine, en el Norte de Francia. Un joven se me acercó y me dijo: “Señora, necesito un sacerdote, es grave, es urgente.”

En el exterior había una cabina telefónica pero a la 3 p.m. nadie contestaba mi llamada. El joven temblaba y me contó su desesperación, una ruptura familiar, droga, prostitución para pagar los 700 francos (100 euros) de droga cotidiana…

Fuimos al asilo de ancianos, saludando al pasar a Nuestra Señora de Lourdes, en su gruta, en medio del jardín. Afortunadamente el sacerdote se encontraba ahí. El joven se acercó, volviendo conmigo después de su confesión. Regresamos a rezar delante de la gruta de Nuestra Señora de Lourdes. El joven tenía ahora otra actitud, su rostro se aclaró diciéndome: “Me siento a 3000 metros de altitud, respirando aire puro.”

Dos o tres semanas después nos encontramos nuevamente en la calle. Solo ayunó de toda droga y de toda forma deshonesta de ganar dinero, inscribiéndose en una familia de acogida en el Macizo central.

¡Gracias a Nuestra Señora de Lourdes!