Amar a la Iglesia mariana (II)

19 noviembre

 - Iglesia etíope: Festividad de María Seyom 

– N.S. de la Buena Nueva  




La Iglesia mariana se mantiene al pie de la Cruz, no se refugia en una fortaleza o en una capilla o en un silencio prudente cuando los hombres son oprimidos.  Ella se expone en actos y palabras, con una valentía humilde, se mantiene al lado de los oprimidos.

La Iglesia mariana  deja entrar el viento de Pentecostés, el viento que empuja hacia afuera y desata las lenguas. Y en la plaza pública  toma la palabra, no para asestar una doctrina, ni para engrosar sus filas.  Ella dice que la promesa es mantenida,  que el combate está ganado, que el Dragón fue aplastado para siempre. Pero he aquí el gran secreto que no puede más que murmurar: para ganar la victoria, Dios depuso las armas (…)

Sin embargo, todas las tardes al final de las Vísperas, la Iglesia canta el Magníficat, ya que sabe donde mora su alegría.  (…) Es a los pies de la Cruz que un pueblo nació, un pueblo mariano. “Viendo a su Madre, y junto a ella al discípulo a quien amaba, Jesús dijo a su madre: “Mujer ahí  tienes a tu hijo”,  luego dice  al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.  Y desde aquella hora, el discípulo la acogió en su casa.  

François Marc, Marista -
Tomado de « Pour une Eglise mariale »,
dans La Croix du 11 mai 1996
marianistes.com

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Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.