De la mano de María



Si somos compañeros de lucha de Cristo,
también seremos sus compañeros de victoria;
si vamos de la mano de María,
 no nos desviaremos del camino del bien,
del camino del cielo;

Si caminamos prendidos de sus manos,
 no caeremos,
pues ella nos sostendrá
y si por desgracia llegáramos a caer,
ella pronto nos levantará.

Por eso nadie hay tan sereno,
tan seguro, tan feliz,
como el que vive el amor a la Virgen Santísima.


María, que a lo largo del camino de la vida
 nunca perdamos el rumbo por habernos soltado de tu mano.


* P. Alfonso Milagro