En Rostov, Rusia, poco antes de la segunda guerra mundial, la iglesia de San Serafin, situada en la calle Gaïlovskala, fue abandonada y luego transformada en sala de cine. A la derecha, en la iglesia, se podía ver un magnífico fresco de una representación de la Virgen.
Cuando la iglesia se convirtió en sala de cine, este fresco fue recubierto con una espesa capa de cal, pero cada vez que apagaban la luz en la sala, el icono aparecía y brillaba de tal manera que su luz obscurecía la pantalla.
Una comisión vino a ver qué pasaba. Durante cada sesión de cine, la comisión pudo constatar el fenómeno. A pesar de las nuevas capas de cal agregadas, el icono se iluminaba siempre, atrayendo hacia él toda la atención del público. Debido a los rumores del milagro que tenía lugar en el cine y que comenzaba a divulgarse, las funciones fueron suspendidas y la sala cerrada.
Durante la guerra, cuando los alemanes ocuparon la ciudad de Rostov, la iglesia fue de nuevo abierta y hasta el día de hoy así ha permanecido; pues las autoridades soviéticas juzgaron preferible que la gente fuera a ver una pintura milagrosa en una iglesia, en lugar de darle “a las mentes retorcidas” la oportunidad para hablar demasiado del milagro.
M. Polsky
En Les nouveaux martyrs russes
(cf Le sourire de Marie).
Recueil marial 1978
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ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.