
La joven Virgen de Nazaret ocupa un lugar excepcional en el plan de la salvación.
Su destino, único en la Historia de la humanidad, ha sido anunciado desde los orígenes y su obra perdurará hasta el final de los tiempos. María ya está asociada a Jesús en las Profecías del Antiguo Testamento : en "la hora de la plenitud de los tiempos" su « sí » permitió la Encarnación de Dios en la carne de los hombres y en Nazaret.
Como madre, María compartió diariamente los primeros treinta años de la vida terrenal de nuestro Redentor, acompañó y vivió de cerca el desarrollo de todos los acontecimientos de la Salvación que Jesús trajo al mundo.
Ella ha sido el sostén de la Iglesia naciente, lo es hoy, y lo será hasta el final de la Historia. "Jesucristo es el centro del cosmos y de la Historia" (Juan Pablo II, Redemptor Hominis 1979, § 1) : La Santísima Virgen que lo trae al mundo, estaba desde siempre en el pensamiento de Dios. -
Fuente:
María de Nazareth
Dios te salve, María
llena eres de Gracia
el Señor es contigo
bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu viente, Jesús
Santa María madre de Dios
ruega Señora por nosotros, los pecadores
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén