La Virgen se le apareció, mostrándole un gran edificio con un gran patio de recreo

Una iniciativa de la Asociación María de Nazaret







Lo que Don Bosco hizo por los niños, María Dominga lo hizo por las niñas, con el mismo espíritu, la misma pobreza, el mismo fervor, el mismo amor.

Nació el 9 de mayo de 1837 en el pueblo de Mornese en el Piamonte italiano. A los trece años, iba todas las mañanas, en ayunas, a la misa y escuchaba las enseñanzas de un sacerdote, Don Pesarino, amigo de Don Bosco, que participaba en la restauración religiosa, contra el espíritu anticristiano de la revolución francesa.

En el verano de 1860, una epidemia de tifus se extendió por la región. María Dominga va de casa en casa para cuidar a los enfermos. Pronto, ella también cae enferma. Poniendo su confianza en Dios, no muere. Portadora de una misión que recibe en sueños y que la guiará hasta su último suspiro: la Virgen María se le aparece, enseñándole un gran edificio donde juegan una multitud de niños. Una voz le dice: “Te los confío a ti para que los cuides”.

Poco a poco, comprenderá el sentido de este sueño. Con algunas jóvenes abrirá un primer taller para las jóvenes del pueblo, después un segundo, un internado y un patronato. Como Don Bosco, todo lo hacía en los arrabales de Turín.

Ste Marie Dominique Mazzarello, Don Bosco au féminin
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Dios te salve, Maria, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.