María Santísima fue la criatura que más amó a Dios;
lo amó con toda la intensidad de su Corazón;
su amor a Dios superó el amor de todos los ángeles y santos;
por eso María fue también la más amada por Dios.
Y es también la más amada de los hombres, sus hermanos;
nadie tan alabada y bendecida como ella;
nadie tan aclamada por los pueblos como ella;
nadie tan invocado, ni con tanta confianza, como ella;
a nadie se le reza con tanta devoción como a ella.
El reconocimiento de los hombres a la gran bienhechora de la humanidad;
que en ese coro de alabanzas a María no quede tu voz silenciosa,
ni suene disonante: canta las glorias y al amor de María.
María, alégrate, porque eres llena de gracia y Dios está contigo.
* P. Alfonso Milagro