A Dios le agrada un corazón puro.
En expresión de la Escritura, quiere arrancarnos el corazón de piedra
y darnos un corazón de carne, sensible al amor que purifica
y hace nuevas todas las cosas.
En la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo por medio de María
para purificarnos del pecado
y hacernos sus hijos por la acción del Espíritu.
El Hijo y la Madre, por designio de Dios,
se han unido para crear una humanidad nueva,
un hombre nuevo de corazón puro.
María fue la Madre del corazón puro,
la llena de gracia, la concebida sin pecado.
Su persona es portadora de luz y belleza.
Su presencia maternal es una llamada a purificar el corazón
y recrear un espíritu nuevo.
Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella;
salve agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
* P. Alfonso Milagro
En expresión de la Escritura, quiere arrancarnos el corazón de piedra
y darnos un corazón de carne, sensible al amor que purifica
y hace nuevas todas las cosas.
En la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo por medio de María
para purificarnos del pecado
y hacernos sus hijos por la acción del Espíritu.
El Hijo y la Madre, por designio de Dios,
se han unido para crear una humanidad nueva,
un hombre nuevo de corazón puro.
María fue la Madre del corazón puro,
la llena de gracia, la concebida sin pecado.
Su persona es portadora de luz y belleza.
Su presencia maternal es una llamada a purificar el corazón
y recrear un espíritu nuevo.
Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella;
salve agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.
* P. Alfonso Milagro