– Francia: Más apariciones en Pellevoisin (1876)
– España: N.S. de Covadonga y Aranzazu
Una gran señal - con estas palabras el apóstol Juan describe una visión divina - una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, bajo sus pies la luna, y alrededor de la cabeza una corona de doce estrellas (Ap 12, 1). Ahora, todo el mundo sabe que esta mujer representa a la Virgen María, que engendró a nuestro Redentor.
Y el Apóstol continúa: Teniendo un fruto en su seno, el parto le arrancó gritos terribles y le causó un dolor muy cruel (Ap 12: 2). Por lo tanto, San Juan vio entonces a la Santísima Madre de Dios en la dicha eterna y sin embargo en un misterioso parto. ¿De qué parto se trata?
El nuestro, sin duda, nosotros que aún retenidos en este destierro, tenemos que ser engendrados por el perfecto amor de Dios y a la dicha eterna. En cuanto a los dolores de parto, ellos marcan el amor con el que María vela por nosotros (...).
La Virgen no dejará de apoyarnos en nuestras pruebas, por duras que sean, y de continuar la lucha que ha emprendido desde su concepción, para que cada día podamos repetir estas palabras: Hoy ella aplastó la cabeza de la antigua serpiente.
Papa Sab Pío X:
Ad diem illum laetissimum (1904)
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Quién es Maria ?
Dios te salve, Maria, llena eres de gracia,
el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.
el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amen.